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1 de marzo de 2022

Innovadora Terapia Busca Aliviar el Sufrimiento con Amor y Humor en Pacientes con Dependencia Severa

Desde hace unos meses que en el Hospital Comunitario Marcos Macuada se está llevando a cabo un nuevo tipo de intervención focalizada a los pacientes del programa de dependencia severa y alivio del dolor que apunta a mejorar el estado de ánimo de ellos y su entorno a través de la risa, la conversación, el arte y actividades lúdicas.

Guillermo Henríquez Torramorell, trabajador social de la Atención Primaria de Salud (APS) y del Programa de Atención Domiciliaria Integral (PRADI) de nuestro Hospital Comunitario es quien llegó a instalar este tipo de atención, la cual ha tenido una excelente recepción de parte de nuestros usuarios.

“En la medida que desarrollaba el trabajo que corresponde por lineamientos programáticos, vi el sufrimiento de los seres queridos y del paciente con dependencia severa o cáncer terminal que manifestaban, entonces fui realizando diversas intervenciones que me hacían sentir como Robin Williams en la película de Patch Adams”, comentó Henríquez.

Asimismo, señaló que trató salir de los convencionalismo a la hora de abordar al paciente, lo que permitió que muchos cuidadores o familiares de los usuarios, le comentaban que “el estado de animo de su familiar mejoraba después de que iba, reíamos, leía, cantaba o simplemente conversaba algo más profundo. Incluso algunos mencionaban que las actividades que realizaba calmaban en parte el dolor que sentía su familiar con el diagnóstico severo”.

Por lo mismo, Henriquez puntualizó que, el comienzo de la intervención parte de desde el afecto y el humor, “que se ha ido impregnando a mis compañeros que actualmente también generan esta cercanía importantísima para la salud y calidad de vida de todos y todas”, acotó.

“Gastamos tanto tiempo de nuestra vida  buscando la felicidad y el buen vivir en diferentes rincones y pasajes de la vida que nos olvidamos de que también existe el buen morir y se puede  afrontar la muerte o el duelo de una manera positiva o épica, ese último abrazo, beso o momento con nuestros seres queridos por norma general en el constructo social se ve de una manera terrible. Intentamos de que ese paso pueda ser una transformación, y no un final”, reflexionó.

ALIVIAR EL SUFRIMIENTO CON AMOR

Guillermo comenzó a trabajar en esta innovadora terapia, centrándose en diversas técnicas o teorías, para hacerlas converger y proyectarlas transversalmente en el sistema familiar, de tal manera que estas generen una propuesta de valor directa a la calidad de vida del paciente.

Este enfoque intenta recoger parte de lo que la enfermera, trabajadora social y médica británica, Cicely Saunders consideraba el dolor total, explicó Henríquez, “no solamente existía el dolor físico, sino que también el dolor psicológico, el dolor social, emocional y espiritual. Si mezclamos  esto último con Patch Adams (médico creador de la risoterapia), explicando que el alivio del dolor se trata con medicamentos, pero lo único que puede aliviar el sufrimiento es el amor y la capacidad de entrega, ir un poco más allá de la academia, del procedimiento y tratar a través del humor y el amor el espíritu”.

Por lo mismo, Henríquez cree que esta nueva alternativa de terapia ha sido fructífera y enriquecedora, sobre todo en lo que se refiere a la entrega y el feedback inmediato que se recibe por las intervenciones, “las visitas a domicilio son cada día una nueva sorpresa, divertidas y lúdicas, los pacientes nos hacen saber que vamos por buen camino y que mejor que realizar nuestra labor con el corazón lleno de buenos deseos y momentos”, acotó.

Sin embargo, para este profesional, el desafío es bastante más amplio debido a la cantidad de pacientes actuales dentro del PRADI en donde no siempre se puede llevar a cabo este tipo de intervenciones con todo el equipo por el tiempo y la demanda que requieren los cuidados y tratamientos, por lo mismo, desde el área de trabajo  social se ha tratado de dar el máximo de cobertura en este tipo de intervenciones, comentó.

MEJORANDO LA CALIDAD DE VIDA

Para cualquier personas que no conoce en detalle lo que significa tener un familiar o alguien cercano con dependencia severa o con diagnóstico oncológico de cuidados paliativos, le resulta complicado entender este tipo de terapia para alguien que convive diariamente con la muerte.

Sin embargo, Henríquez nos comenta que, estas prácticas han significado que muchos de sus pacientes puedan mejorar su calidad de vida y sentir momentos emotivos al interior de las familias, “abriendo espacios de reflexión, de conversación en torno al posible duelo, de recuerdos o anécdotas que liberan o distienden el estrés de la crisis por la cual atraviesa el núcleo familiar”, reflexionó.

De hecho, rememoró que uno de sus paciente con Alzheimer y dependencia severa, le cantó el famoso bolero El Bazar de los Juguetes, y que al oírlo de inmediato intento ponerse de pie para bailar junto a su esposa. También nos contó que a otro paciente le leyó el poema, Carpe Diem de Walt Whitman y le recordó pasajes con su difunta esposa que lo hicieron reír, y en otra de las intervenciones bailó  Chachachá con una cuidadora de 97 años.

“Han sido diversas las experiencias que el equipo ha podido tener con las personas, los resultados son muy positivos cualitativamente, pero sin duda es importante formalizar la práctica en lo cotidiano incorporarlo a un perfil de cargo y como desafío, poder sistematizar e implementar instrumentos que permitan medir esos avances como por ejemplo la escala del humor”, finalizó Henríquez.